martes, 12 de mayo de 2020

Vasile Luca; La política financiera de las Democracias Populares, 1950

Mismo año, pero diferente temperatura, 1950


Utilizando la gran experiencia de la construcción del socialismo en la URSS, y después de haber nacionalizado la industria, el transporte, la banca y los establecimientos financieros, las Democracias Populares pasaron al sistema socialista de la economía planificada. Bajo el sistema de democracia popular el Estado se convirtió en el instrumento de la dictadura del proletariado, cumpliendo no sólo la función de suprimir la resistencia de las clases derrocadas, de defender la independencia nacional y la seguridad del país contra la agresión imperialista, sino que también de organizar, dirigir y planificar la economía nacional.

La política financiera de los Estados burgueses, particularmente en la época del imperialismo, está determinada por la política expansionista de los trusts monopolistas destinados a la esclavización económica o la toma militar de otros países. Cada año los presupuestos de los países capitalistas muestran asignaciones cada vez menores para la educación, la salud pública y los servicios sociales. La principal fuente de sus ingresos provienen de los impuestos cada vez mayores que se imponen a la población y también de los préstamos.

La política financiera de las Democracias Populares es completamente diferente.

Aunque las Democracias Populares están sólo en el proceso de acumulación de experiencia derivada de los primeros años de economía planificada, han conseguido, durante los años de posguerra, éxitos en la estabilización de sus economías y finanzas, de las cuales ningún Estado burgués-terrateniente puede presumir. La producción en las Democracias Populares no sólo ha alcanzado el nivel anterior a la guerra, sino que lo ha superado. Las monedas de estos países son estables; la tasa de cambio no se vio afectada por la devaluación llevada a cabo en los países marshallizados por orden del imperialismo estadounidense.

Los estrechos lazos económicos existentes entre las Democracias Populares y la URSS y también los grandes éxitos económicos alcanzados por la Unión Soviética influyen favorablemente en la economía de los países de democracia popular. El mayor poder adquisitivo del rublo y la transferencia del rublo a una base de oro contribuirá a la estabilidad de las monedas de las Democracias Populares y, en un grado aún mayor, salvaguardará a estos países de los efectos de las crisis económicas en el mundo capitalista con su moneda depreciada.

Los ingresos presupuestarios de las Democracias Populares reflejan cada vez más los resultados de las actividades económicas de las empresas estatales, y son acompañadas de reducciones cada vez mayores de impuestos pagados por la población. Por ejemplo, en la República Popular de Rumanía, los ingresos de las empresas estatales y de otras organizaciones económicas en forma de ganancias y el impuesto comercial representaron el 70% de los ingresos presupuestarios en 1949.

La política financiera de las Democracias Populares está determinada por la preocupación mostrada por el Partido de la clase obrera por un avance constante en el camino de la construcción del socialismo. Su objetivo es asegurar la industrialización del país, mejorar las condiciones del pueblo trabajador y garantizar un avance constante en sus niveles de culturales y de vida; proporcionar los recursos necesarios para llevar acabo las tareas del Estado en la salvaguarda de la paz y la libertad del pueblo trabajador.

En los países capitalistas los terratenientes y capitalistas obtienen una parte considerable de los ingresos nacionales en forma de renta y ganancias. En estos países la mayor parte de los fondos estatales se gastan en armamentos y preparativos para una nueva guerra mundial; el resto se usa par mantener el aparato del Estado para oprimir al pueblo trabajador, y sólo una parte extremadamente pequeña se gasta en educación, salud pública y otros servicios socioculturales.

En las Democracias Populares una gran parte de los ingresos se destina a la reproducción socialista ampliada, para elevar el nivel cultural y de vida del pueblo trabajador y a defender la independencia nacional de los pueblos. La proporción del ingreso nacional correspondiente a los elementos que no trabajan está disminuyendo constantemente: una lucha feroz y violenta entre los sectores socialistas y capitalistas privados por la restricción, y luego por la eliminación de los elementos capitalistas, está en marcha.

El ingreso nacional de las Democracias Populares, debido a la propiedad socialista de los medios de producción, para la expansión constante de la producción, para reducir los costos de producción derivados de una mayor productividad laboral y una economía estricta, está creciendo a un ritmo desconocido en la historia de los países capitalistas.

En el presupuesto estatal de 1949 de la República Popular de Rumanía, los ingresos excedieron los gastos en casi 36.000 millones de lei. El proyecto presupuestario para 1950 refleja el crecimiento del ingreso nacional. En comparación con 1949, los ingresos mostrarán un aumento de 60.000 millones de lei, o un 23%, sin ningún aumento en los impuestos.

En Bulgaria el cumplimiento del plan de dos años elevó el ingreso nacional de 47.300 millones de leva en 1939 a 51.800 millones de leva en 1948. En Polonia el ingreso nacional aumentó en más de un 33% y en Hungría en un 24% en comparación con 1938.

Confiando en la expansión constante de la producción y el creciente ingreso nacional, en el poder adquisitivo cada vez mayor de los trabajadores de la ciudad y el campo, en la cooperación económica mutua, en la ayuda de la Unión Soviética, basada en el principio de igualdad de Stalin y respeto mutuo entre naciones grandes y pequeñas, las Democracias Populares están aplicando una sólida política financiera de estabilidad presupuestaria. Aunque desarrolladas económicamente de manera desigual, las Democracias Populares tienen un volumen comercial cada vez más equilibrado. En sus relaciones no hay tendencia de un país a explotar y oprimir económicamente a otro, como es el caso en el mundo imperialista con respecto a los países industrialmente más atrasados.

La cooperación económica y comercial entre la Unión Soviética y las Democracias Populares se ha desarrollado sobre la base de asistencia mutua para la industrialización socialista de estos países. Confiando en esta asistencia desinteresada, particularmente la asistencia de la Unión Soviética, las Democracias Populares están desarrollando sus economías según las nuevas líneas socialistas, a pesar de la discriminación en las relaciones comerciales de los Estados Unidos y ciertos países capitalistas marshallizados. En las Democracias Populares se han construido nuevas plantas y fábricas, centrales térmicas y eléctricas, nuevas minas de carbón y de pozos, se ha reorganizado la agricultura y se han edificado hospitales, sanatorios y casas para los obreros.

La asignación de los ingresos y gastos en el presupuesto del Estado refleja mejor la política financiera de cada país. Un examen de los presupuestos de los gobiernos burgueses expone completamente su política de explotación y opresión hacia la clase obrera, su política armamentista y de preparación para la guerra imperialista.

Como antes, el presupuesto de Estados Unidos para 1950-1951 sólo proporciona gastos insignificantes en educación, seguro social, servicios de salud y otras necesidades públicas. El gasto en educación y seguros, comprende sólo el 1% del presupuesto, y en servicios de salud menos del 1%. Sólo se ha asignado un millón de dólares para el ejercicio de las llamadas libertades civiles de las que Truman hablaba tanto. En todas las demás necesidades sociales, las cantidades gastadas constituyen sólo el 5,1% del presupuesto. En su mensaje al Congreso, Truman admitió que el gasto en “defensa” junto con el de las guerras pasadas, comprende el 71% del presupuesto total. En realidad, para el año fiscal 1950-51, Estados Unidos, preparándose para una nueva guerra (financiando bloques imperialistas agresivos, produciendo bombas atómicas, manteniendo escuelas militares, creando bases militares) se ha apropiado de una suma que excede los 32.000 millones de dólares, lo que representa el 76% de todo el presupuesto.

El gasto en preparativos para la guerra en los Estados Unidos y los países marshallizados explica el inmenso déficit presupuestario y la inflación, lo que socava la economía y las finanzas de estos países y afecta principalmente a la clase obrera y a las masas populares. El presupuesto de Estados Unidos para 1950-51 prevé un déficit de más de 5.000 millones de dólares.

El presupuesto de las Democracias Populares refleja una política financiera sana, basada en el aumento de la producción, en la rehabilitación y consolidación de la economía nacional que asegura un presupuesto equilibrado y una moneda estabilizada.

Sin préstamos esclavizantes, sin traición a los intereses nacionales, como es el caso de la burguesía reaccionaria y sus sirvientes, los socialdemócratas de derecha y la banda de asesinos y espías de Tito, el pueblo trabajador de las Democracias Populares, guiados por los partidos comunistas y de los trabajadores, marchan por el camino del desarrollo y la prosperidad económica.

El gasto presupuestario estatal de las Democracias Populares revela la preocupación del Estado por el desarrollo económico y la mejora de la vida del pueblo trabajador.

Por ejemplo, en Checoslovaquia el gasto total previsto del presupuesto por el Estado para 1950 está distribuido de la siguiente manera: 32,7% para el desarrollo industrial, 26% para servicios sociales y salud pública y 11.0% para las necesidades culturales.

En la República Popular de Bulgaria, el 35% del presupuesto de 1950 está asignado al desarrollo de la economía nacional y el 30% a las necesidades sociales y culturales.

En Polonia el 43,5% del presupuesto será gastado en 1950 en el desarrollo de la economía nacional y el 32,6% en educación, salud pública y otros servicios sociales.

El presupuesto estatal de la República Popular de Rumanía para 1950 prevé una inversión de 131.300 millones de lei para el desarrollo de la economía nacional, es decir, el 37,5% del gasto total. Las asignaciones para necesidades sociales y culturales suman un 24,8%. El gasto en el seguro social aumentó en un 55% en comparación con 1949. El gasto en educación pública y desarrollo cultural a aumentado en casi un 40%. El gasto en servicios de salud prevé un aumento del 16%; se han asignado 9.534 millones de lei para el seguro social (pensiones para inválidos, subsidios para comedores y jardines de infancia y para madres con familias numerosas).

Tales son las cifras que caracterizan la política financiera de las Democracias Populares, una política basada en el trabajo y la lucha de la clase obrera en alianza con el campesinado por la consolidación y la prosperidad económica de sus países; sobre la preocupación mostrada por el partido y el gobierno de la clase obrera en elevar la calidad de vida y el nivel cultural del pueblo trabajador; en la lucha de todo el pueblo contra los instigadores de la guerra, los imperialistas y sus agentes; en la lucha por la paz, la libertad, seguridad y la independencia nacional de los pueblos.

La política financiera de las Democracias Populares sirve para asegurar la prosperidad económica; sirve a la causa del pueblo trabajador, la causa del fortalecimiento de todo el campo antiimperialista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La economía de Cuba en los siglos XIX-XX y los inicios del movimiento obrero

La "independencia" Cuba en el 98 se salda con una enorme influencia económica y política de Estados Unidos. Se potencia la producc...