Mismo año, pero diferente temperatura, 1950 |
- Traducido según la versión en inglés de Revolutionary Democracy: Financial Policy of the People's Democracy
Utilizando
la gran experiencia de la construcción del socialismo en la URSS, y
después de haber nacionalizado la industria, el transporte, la banca
y los establecimientos financieros, las Democracias Populares pasaron
al sistema socialista de la economía planificada. Bajo el sistema de
democracia popular el Estado se convirtió en el instrumento de la
dictadura del proletariado, cumpliendo no sólo la función de
suprimir la resistencia de las clases derrocadas, de defender la
independencia nacional y la seguridad del país contra la agresión
imperialista, sino que también de organizar, dirigir y planificar la
economía nacional.
La
política financiera de los Estados burgueses, particularmente en la
época del imperialismo, está determinada por la política
expansionista de los trusts monopolistas destinados a la
esclavización económica o la toma militar de otros países. Cada
año los presupuestos de los países capitalistas muestran
asignaciones cada vez menores para la educación, la salud pública y
los servicios sociales. La principal fuente de sus ingresos provienen
de los impuestos cada vez mayores que se imponen a la población y
también de los préstamos.
La
política financiera de las Democracias Populares es completamente
diferente.
Aunque
las Democracias Populares están sólo en el proceso de acumulación
de experiencia derivada de los primeros años de economía
planificada, han conseguido, durante los años de posguerra, éxitos
en la estabilización de sus economías y finanzas, de las cuales
ningún Estado burgués-terrateniente puede presumir. La producción
en las Democracias Populares no sólo ha alcanzado el nivel anterior
a la guerra, sino que lo ha superado. Las monedas de estos países
son estables; la tasa de cambio no se vio afectada por la devaluación
llevada a cabo en los países marshallizados por orden del
imperialismo estadounidense.
Los
estrechos lazos económicos existentes entre las Democracias
Populares y la URSS y también los grandes éxitos económicos
alcanzados por la Unión Soviética influyen favorablemente en la
economía de los países de democracia popular. El mayor poder
adquisitivo del rublo y la transferencia del rublo a una base de oro
contribuirá a la estabilidad de las monedas de las Democracias
Populares y, en un grado aún mayor, salvaguardará a estos países
de los efectos de las crisis económicas en el mundo capitalista con
su moneda depreciada.
Los
ingresos presupuestarios de las Democracias Populares reflejan cada
vez más los resultados de las actividades económicas de las
empresas estatales, y son acompañadas de reducciones cada vez
mayores de impuestos pagados por la población. Por ejemplo, en la
República Popular de Rumanía, los ingresos de las empresas
estatales y de otras organizaciones económicas en forma de ganancias
y el impuesto comercial representaron el 70% de los ingresos
presupuestarios en 1949.
La
política financiera de las Democracias Populares está determinada
por la preocupación mostrada por el Partido de la clase obrera por
un avance constante en el camino de la construcción del socialismo.
Su objetivo es asegurar la industrialización del país, mejorar las
condiciones del pueblo trabajador y garantizar un avance constante en
sus niveles de culturales y de vida; proporcionar los recursos
necesarios para llevar acabo las tareas del Estado en la salvaguarda
de la paz y la libertad del pueblo trabajador.
En
los países capitalistas los terratenientes y capitalistas obtienen
una parte considerable de los ingresos nacionales en forma de renta y
ganancias. En estos países la mayor parte de los fondos estatales se
gastan en armamentos y preparativos para una nueva guerra mundial; el
resto se usa par mantener el aparato del Estado para oprimir al
pueblo trabajador, y sólo una parte extremadamente pequeña se gasta
en educación, salud pública y otros servicios socioculturales.
En
las Democracias Populares una gran parte de los ingresos se destina a
la reproducción socialista ampliada, para elevar el nivel cultural y
de vida del pueblo trabajador y a defender la independencia nacional
de los pueblos. La proporción del ingreso nacional correspondiente a
los elementos que no trabajan está disminuyendo constantemente: una
lucha feroz y violenta entre los sectores socialistas y capitalistas
privados por la restricción, y luego por la eliminación de los
elementos capitalistas, está en marcha.
El
ingreso nacional de las Democracias Populares, debido a la propiedad
socialista de los medios de producción, para la expansión constante
de la producción, para reducir los costos de producción derivados
de una mayor productividad laboral y una economía estricta, está
creciendo a un ritmo desconocido en la historia de los países
capitalistas.
En
el presupuesto estatal de 1949 de la República Popular de Rumanía,
los ingresos excedieron los gastos en casi 36.000 millones de lei. El
proyecto presupuestario para 1950 refleja el crecimiento del ingreso
nacional. En comparación con 1949, los ingresos mostrarán un
aumento de 60.000 millones de lei, o un 23%, sin ningún aumento en
los impuestos.
En
Bulgaria el cumplimiento del plan de dos años elevó el ingreso
nacional de 47.300 millones de leva en 1939 a 51.800 millones de leva
en 1948. En Polonia el ingreso nacional aumentó en más de un 33% y
en Hungría en un 24% en comparación con 1938.
Confiando
en la expansión constante de la producción y el creciente ingreso
nacional, en el poder adquisitivo cada vez mayor de los trabajadores
de la ciudad y el campo, en la cooperación económica mutua, en la
ayuda de la Unión Soviética, basada en el principio de igualdad de
Stalin y respeto mutuo entre naciones grandes y pequeñas, las
Democracias Populares están aplicando una sólida política
financiera de estabilidad presupuestaria. Aunque desarrolladas
económicamente de manera desigual, las Democracias Populares tienen
un volumen comercial cada vez más equilibrado. En sus relaciones no
hay tendencia de un país a explotar y oprimir económicamente a
otro, como es el caso en el mundo imperialista con respecto a los
países industrialmente más atrasados.
La
cooperación económica y comercial entre la Unión Soviética y las
Democracias Populares se ha desarrollado sobre la base de asistencia
mutua para la industrialización socialista de estos países.
Confiando en esta asistencia desinteresada, particularmente la
asistencia de la Unión Soviética, las Democracias Populares están
desarrollando sus economías según las nuevas líneas socialistas, a
pesar de la discriminación en las relaciones comerciales de los
Estados Unidos y ciertos países capitalistas marshallizados. En las
Democracias Populares se han construido nuevas plantas y fábricas,
centrales térmicas y eléctricas, nuevas minas de carbón y de
pozos, se ha reorganizado la agricultura y se han edificado
hospitales, sanatorios y casas para los obreros.
La
asignación de los ingresos y gastos en el presupuesto del Estado
refleja mejor la política financiera de cada país. Un examen de los
presupuestos de los gobiernos burgueses expone completamente su
política de explotación y opresión hacia la clase obrera, su
política armamentista y de preparación para la guerra imperialista.
Como
antes, el presupuesto de Estados Unidos para 1950-1951 sólo
proporciona gastos insignificantes en educación, seguro social,
servicios de salud y otras necesidades públicas. El gasto en
educación y seguros, comprende sólo el 1% del presupuesto, y en
servicios de salud menos del 1%. Sólo se ha asignado un millón de
dólares para el ejercicio de las llamadas libertades civiles de las
que Truman hablaba tanto. En todas las demás necesidades sociales,
las cantidades gastadas constituyen sólo el 5,1% del presupuesto. En
su mensaje al Congreso, Truman admitió que el gasto en “defensa”
junto con el de las guerras pasadas, comprende el 71% del presupuesto
total. En realidad, para el año fiscal 1950-51, Estados Unidos,
preparándose para una nueva guerra (financiando bloques
imperialistas agresivos, produciendo bombas atómicas, manteniendo
escuelas militares, creando bases militares) se ha apropiado de una
suma que excede los 32.000 millones de dólares, lo que representa el
76% de todo el presupuesto.
El
gasto en preparativos para la guerra en los Estados Unidos y los
países marshallizados explica el inmenso déficit presupuestario y
la inflación, lo que socava la economía y las finanzas de estos
países y afecta principalmente a la clase obrera y a las masas
populares. El presupuesto de Estados Unidos para 1950-51 prevé un
déficit de más de 5.000 millones de dólares.
El
presupuesto de las Democracias Populares refleja una política
financiera sana, basada en el aumento de la producción, en la
rehabilitación y consolidación de la economía nacional que asegura
un presupuesto equilibrado y una moneda estabilizada.
Sin
préstamos esclavizantes, sin traición a los intereses nacionales,
como es el caso de la burguesía reaccionaria y sus sirvientes, los
socialdemócratas de derecha y la banda de asesinos y espías de
Tito, el pueblo trabajador de las Democracias Populares, guiados por
los partidos comunistas y de los trabajadores, marchan por el camino
del desarrollo y la prosperidad económica.
El
gasto presupuestario estatal de las Democracias Populares revela la
preocupación del Estado por el desarrollo económico y la mejora de
la vida del pueblo trabajador.
Por
ejemplo, en Checoslovaquia el gasto total previsto del presupuesto
por el Estado para 1950 está distribuido de la siguiente manera:
32,7% para el desarrollo industrial, 26% para servicios sociales y
salud pública y 11.0% para las necesidades culturales.
En
la República Popular de Bulgaria, el 35% del presupuesto de 1950
está asignado al desarrollo de la economía nacional y el 30% a las
necesidades sociales y culturales.
En
Polonia el 43,5% del presupuesto será gastado en 1950 en el
desarrollo de la economía nacional y el 32,6% en educación, salud
pública y otros servicios sociales.
El
presupuesto estatal de la República Popular de Rumanía para 1950
prevé una inversión de 131.300 millones de lei para el desarrollo
de la economía nacional, es decir, el 37,5% del gasto total. Las
asignaciones para necesidades sociales y culturales suman un 24,8%.
El gasto en el seguro social aumentó en un 55% en comparación con
1949. El gasto en educación pública y desarrollo cultural a
aumentado en casi un 40%. El gasto en servicios de salud prevé un
aumento del 16%; se han asignado 9.534 millones de lei para el seguro
social (pensiones para inválidos, subsidios para comedores y
jardines de infancia y para madres con familias numerosas).
Tales
son las cifras que caracterizan la política financiera de las
Democracias Populares, una política basada en el trabajo y la lucha
de la clase obrera en alianza con el campesinado por la consolidación
y la prosperidad económica de sus países; sobre la preocupación
mostrada por el partido y el gobierno de la clase obrera en elevar la
calidad de vida y el nivel cultural del pueblo trabajador; en la
lucha de todo el pueblo contra los instigadores de la guerra, los
imperialistas y sus agentes; en la lucha por la paz, la libertad,
seguridad y la independencia nacional de los pueblos.
La
política financiera de las Democracias Populares sirve para asegurar
la prosperidad económica; sirve a la causa del pueblo trabajador, la
causa del fortalecimiento de todo el campo antiimperialista.
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